Sistemas de aire comprimido para lavado automático de vehículos
Los sistemas de lavado automático de vehículos dependen en gran medida de muchas válvulas y actuadores neumáticos con altas velocidades de ciclo. Para obtener una operación mecánica y un rendimiento adecuados debe existir una integridad de la lubricación y los sellos.
Los compresores de pistón operan a temperaturas mucho más altas que los compresores de tornillo. Estos equipos a menudo están sobredimensionados y operan innecesariamente a alta presión para que puedan apagarse y enfriarse para evitar averías en el compresor. Además, el aire más caliente retiene más humedad la cual llega a los dispositivos neumáticos. A lo largo del tiempo, este aire comprimido húmedo y caliente elimina los lubricantes en las válvulas, cilindros y actuadores. El resultado es un desgaste acelerado y prematuro de los sellos ocasionando que los dispositivos neumáticos se atasquen y se peguen. Debido a esto, las bobinas en las solenoides se queman tratando de accionar las válvulas atascadas o lentas. Estas averías se traducen en mantenimientos, reparaciones y repuestos más frecuentes (en el caso de los dispositivos “lubricados de por vida”). Además de los costos operativos más altos, se suma el tiempo de inactividad del equipo por reparaciones provocando una pérdida de ingresos.
Comparado con el compresor de pistón de uso común, el paquete SXC de Kaeser, que cuenta con un compresor, tanque, secador y drenaje de líquidos, suministra aire mucho más fresco, limpio y seco. Esto prolonga la vida útil de los dispositivos neumáticos y, debido a que es un compresor de tornillo, puede operar constantemente sin que se produzcan sobrecalentamientos.
Los ahorros generados por los bajos costos y recesos operativos superan por lejos hasta el SXC de más valor.